Remienda tu cobija.
El día de hoy al tender mi cama y revisar objetos que ya no necesito, me
di cuenta que la cobija con que me tapo estaba rota, pensé si la dejo así se
romperá más, y recordé que cuando niño veía a mi abuela coser ropa, calcetines,
entre otras cosas y mi abuelo (mi padre) me enseño a remendar, aunque eso lo
entendí ya de grande. Recordé que alguna vez el cosió y un costal para que no
se saliera lo que él ponía dentro del costal, busque hilo y aguja, y casi con
lágrimas en los ojos recordando esa enseñanza de mi padre empecé a remendar esa
cobija que, me ha cobijado por mucho tiempo, así como las personas y como las
hemos dañado, ofendido y lastimado, una cobija es como un amigo, tu padre, tu
esposa o esposo, hermano. Quienes nos cobijan y en ocasiones lastimamos,
rasgamos sus corazones, entonces mi padre me dijo; “pida una disculpa y diga
que no lo volverá a hacer” así que continúe remendando mi cobija, ya con más
ganas y menos lágrimas, recordando a mis tíos, primos, mi madre y claro mi esposa,
que ha sido una cobija para mi. Entonces remienda tu cobija y pide disculpas,
no dejes esa cobija o la sabana rota, ya que te seguirá tapando, del frio,
calor y de las penas que la vida nos deja aprender.
Dedicado a toda mi familia, Tíos, primos, hermanos, abuelos, padres,
hijas, y así como mi padre me enseño a remendar, enseña a tus hijos a hacerlo,
no les remiendes nada, deja que ellos lo realicen, y enséñales a perdonarse a
ellos mismos y remendar su corazón, una cicatriz no se verá si la muestras con
orgullo.
Pedro Sánchez. Jadel2003.
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